Tesis sobre municipalismo libertario
Resumen
Históricamente, la teoría y la práctica social radical se han centrado sobre dos campos de la actividad social humana: el lugar de trabajo y la comunidad. A partir de la creación del Estado-nación y de la Revolución Industrial, la economía ha ido adquiriendo una posición predominante sobre la comunidad; y no sólo en la ideología capitalista, sino también en los diferentes socialismos, libertarios y autoritarios, que han ido apareciendo en el último siglo. Este cambio de posición del socialismo desde un enfoque ético a uno económico es un problema de enormes proporciones que ha sido ampliamente debatido. Lo más relevante para el tema que nos atañe es que los propios socialismos muy pronto adquirieron inquietantes atributos burgueses, un desarrollo principalmente revelado por la visión marxista de buscar la emancipación humana a través del dominio de la naturaleza, un proyecto histórico que presumiblemente establece la «dominación del hombre por el hombre»; es el razonamiento marxista y burgués del nacimiento de una sociedad de clase como precondición a la emancipación humana.
Desafortunadamente, el ala libertaria del socialismo —los anarquistas— no ha avanzado consistentemente en la prevalencia de lo moral sobre lo económico. Quizá pueda comprenderse a partir del nacimiento del sistema fabril, locus classicus de explotación capitalista, y del proletariado industrial como portador de la nueva sociedad. Con todo su fervor moral, la adaptación sindical a la sociedad industrial y la imagen del sindicalismo libertario como infraestructura del mundo liberado, supuso un preocupante cambio de enfoque desde el comunitarismo hacia el industrialismo, de valores comunales a valores fabriles. Algunos trabajos que han adquirido santidad doxográfica dentro del sindicalismo han servido para enaltecer el significado de la fábrica y, de forma más general, el lugar de trabajo dentro de la teoría radical, por no hablar del papel mesiánico del proletariado. No es preciso examinar aquí los límites de este análisis; de forma superficial, puede decirse que están justificados por los hechos acaecidos en la época de la Primera Guerra Mundial y los años 30. Hoy en día la situación es distinta, y el hecho de que podamos criticarlos con la sofisticación que nos da una perspectiva de décadas, no nos da derecho a rechazar condescendientemente el socialismo proletario por su falta de visión a largo plazo.