El suelo en la legislación urbanística española
Resumen
El momento crítico en el que se encuentra actualmente el sistema que ha dominado el mundo en los últimos tiempos nos hace reflexionar sobre su base y sus posibles errores. Durante este periodo, desde las instituciones se ha apoyado el crecimiento sostenido y permanente como única fuente de progreso y bienestar. Sin embargo, los últimos acontecimientos que evidencian las crisis económica, inmobiliaria, alimentaria y energética, muestran las repercusiones de ese crecimiento ilimitado.
El caso español ha sido el paradigma de este desarrollo continuo de la urbanización, impulsado por una burbuja inmobiliaria en constante aumento durante años al amparo de la legislación y de las distintas administraciones que veían aumentar la riqueza del país gracias al impulso de la construcción. Una de las consecuencias de este proceso ha sido una ocupación indiscriminada del territorio, estando éste sometido a las grandes presiones del mercado inmobiliario. El desorbitado precio de la vivienda, al que se le ha atribuido tradicionalmente a la carestía de suelo, ha servido de justificación la necesidad de ocupar más territorio. Aunque el suelo es un recurso natural finito, como el agua o las energías fósiles, no hay ningún tipo de conciencia a cerca de los límites su consumo, al contrario de lo que sí ha venido sucediendo en los últimos años con otros recursos. Los instrumentos de ordenación y planeamiento han establecido el marco de actuación en el territorio y han permitido, durante todo este tiempo, el uso intensivo de éste. Por este motivo, parece pertinente estudiar qué tratamiento se le ha dado al suelo en la legislación, desde su definición y cualidades hasta sus posibles usos.