Calentamiento global, sustentabilidad y desarrollo
Resumen
La cumbre que sobre el calentamiento global se está celebrando estos días en la ciudad japonesa de Kioto tiene ante sí un difícil reto: lograr una reducción consensuada y efectiva de las emisiones globales de CO2 a la atmósfera. Son conocidas las dificultades que países como Estados Unidos, el principal contaminador mundial en este terreno, están poniendo para lograr el acuerdo, intentando preservar un modelo de funcionamiento económico difícilmente sostenible. No es éste el tema del que quiero ocuparme, tema por otra parte muy bien tratado en estas mismas páginas.
En el otro extremo del espectro, sin embargo, se encuentran aquellos países subdesarrollados que están experimentando elevadas tasas de crecimiento económico (China, Brasil, México), o que esperan poder hacerlo en un futuro no muy lejano, y que también muestran su oposición a este tipo de acuerdos, tal y como se les están proponiendo.
El motivo, en este segundo caso, es bien distinto: los objetivos de reducción propuestos, así como los medios sugeridos para conseguirlos (impuestos, ecotasas, acuerdos voluntarios), no toman en cuenta suficientemente la responsabilidad, presente e histórica, en la génesis del problema.
Como se ha repetido hasta la saciedad, no todos los habitantes del planeta contribuyen, o han contribuido, en la misma medida, a que este problema se haya planteado. Para estos países, una reducción del ritmo previsto de sus emisiones de CO2 puede representar un encarecimiento de su modelo de producción, y un freno a sus posibilidades de crecimiento.
No es fácil conjugar las legítimas aspiraciones al desarrollo económico de los países más desfavorecidos, con la sustentabilidad global del modelo: la presente cumbre está indicando, precisamente, algunas de estas incompatibilidades. Sin embargo, un poco de imaginación, y un compromiso más sincero por parte de los países adelantados con respecto a las lacras de la pobreza y el subdesarrollo, permitirían encontrar soluciones al problema del calentamiento global que, al mismo tiempo, situaran a los países subdesarrollados en una mejor posición para encarar el futuro.