Avances en conservación de forrajes

Resumen

Los forrajes se conservan principalmente para proporcionar elementos nutritivos cuando el crecimiento del pasto es lento. La necesidad de conservar el forraje puede reducirse ajustando el comportamiento reproductivo del ganado para proporcionar la demanda de elementos nutritivos del pasto y para que la velocidad de crecimiento del animal no decaiga durante los períodos de escasa disponibilidad de pastoreo. Tales estrategias conducirán a un alto grado de estacionalidad en la producción animal y no pueden usarse cuando la producción de leche líquida para consumo humano es importante. En los países mediterráneos el lugar de los forrajes conservados para proporcionar la demanda de nutrientes durante los períodos de escasa disponibilidad de pastos probablemente es menor que en el norte de Europa; subproductos y granos de cereales pueden proporcionar una más amplia alternativa a la alimentación. Pueden producirse forrajes de alto valor nutritivo con escasas pérdidas por medio de la deshidratación a altas temperaturas, pero las necesidades de energía para el secado son grandes aun cuando el contenido en humedad se reduzca por medio de una predesecación o por compresión mecánica de los forrajes. Cuando la pluviosidad es baja y la insolación alta, la henificación probablemente esté más indicada que la deshidratación a altas temperaturas. Se han realizado progresos a base de sistemas mecánicos y químicos para aumentar la velocidad de desecación del heno y para permitir la henificación con altos contenidos en humedad; sin embargo, es necesaria más investigación, especialmente en relación con la prevención de pérdidas debidas a la fragmentación y en la fabricación de granulos y pastillas de alta densidad a base de heno con el objeto de facilitar el transporte. Las cosechas pueden conservarse eficientemente por medio del ensilado, pero la ingestión voluntaria de nutrientes puede verse disminuida. Aditivos tales como el ácido fórmico pueden controlar la fermentación de clostridios aun en el caso de la alfalfa con alto contenido de humedad, resultando niveles de ingestión de ensilado más altos. La adición de formalina al ensilado conduce a una restricción de la fermentación en el silo y puede aumentar la ingestión y la eficiencia con la que son utilizados los nutrientes. El efecto sobre la ingestión no se ha encontrado siempre con las gramíneas. Las pérdidas cuando se abre el silo pueden ser altas, suponiendo un problema cuando el contenido en humedad de los ensilados es bajo y hay que administrarlos en condiciones ambientales en las que persistan temperaturas altas. Estas pérdidas pueden reducirse por medio de la adición de ácido propiónico al ensilado