Respuesta a seis dosis de P y de cal en el establecimiento de praderas permanentes en dos tipos de suelos gallegos a monte

Francisco A. Mombiela, Mª Elisa Mateo

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Resumen


La deficiencia en P y la acidez son dos de los componentes de la fertilidad química del suelo, que más limitan el establecimiento de praderas permanentes en terrenos gallegos a monte. En este trabajo se examina el efecto de 6 dosis de P (0, 10, 20, 40, 80 y 160 Kg. P/Ha. y 6 de cal (0; 0,75; 1,5; 3; 6 y 12 Tm. C03Ca/Ha.) sobre la producción de materia seca de una pradera mixta (raigrás inglés, raigrás italiano, trébol blanco y trébol violeta) en un suelo sobre granito (M. San Antón) y otro sobre pizarra (M. Curra); también se estudia su relación con ciertas propiedades químicas del suelo como el P extraíble con bicarbonato sódico, el pH, el Al cambiable y el porcentaje de Al cambiable en la capacidad de intercambio canónico efectiva (ClCe) del suelo.

La deficiencia en P parece ser factor más limitante que la acidez. El P limita tanto el desarrollo de las especies sembradas como el de las espontáneas mientras que estas últimas se desarrollan adecuadamente en las parcelas sin cal.

En ambos suelos se encuentra respuesta al P en todo el rango experimental. La producción de la pradera por unidad de fertilizante disminuye a partir de los 40 Kg. P/Ha. (92 Kg. P205/Ha.). Esta dosis sería el mínimo aconsejable para un buen establecimiento. El 90 % del rendimiento máximo se consigue con 80 Kg. P/Ha. (184 Kg. P205/Ha.) en M. San Antón y 125 (288 P205) en M. Curra, respectivamente.

Con la dosis minima de 40 Kg. P/Ha. el nivel de P extraible con bicarbonato sódico es de 7,5 mg. L-1 en M. San Antón y 5 mg. L-1 en M. Curra. El 90 % del rendimiento máximo requiere 11 y 12 mg. L-1, respectivamente.

La cantidad mínima de cal para un buen establecimiento de la pradera se sitúa alrededor de las 2 Tm./Ha. de CO3Ca, pudiéndose incrementar el rendimiento hasta un 20 % más en M. San Antón y en un 50 % en M. Curra con la dosis máxima estudiada. En estos suelos la toxicidad del aluminio parece ser el componente de la acidez del suelo que más limita el crecimiento de la pradera. El % cambiable en la CICe expresa mejor la respuesta a la cal que el pH, recomendándose su uso para la determinación de las necesidades de la misma. Con la dosis mínima de 2 Tm./Ha., el % Al en estos suelos se disminuye hasta un 40 %. Para rebajarlo hasta un 10 %, ambos suelos necesitan de unas 4,5 Tm./Ha. de cal.


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